Poemas en rito compartido, y poemas con música que redimen, bajo tres pancartas con los nombres de las 51 mujeres asesinadas en el último año, y mujeres poetas que se ponen en la piel de la existencia de quien no tiene voz y que definen de la manera más bella el derecho de toda mujer a vivir y elegir su vida. “Amor se escribe sin sangre” era el título del recital y las voces de Isabel Miguel, Silvia Cuevas-Morales, Paloma Corrales y Luisa García Ochoa, con poemas propios y ajenos, también incluso de hombres, que son capaces de acompañar en la lucha, y la música de Mercedes Ferrer, Irma Muñoz y Amaranta, “como un acto de fe”, que cantaba Mercedes, con mujeres de otros mundo, a las que daban voz Amaranta e Irma.
Y aunque no fueron muchos los que se acercaron hasta este recital, y el frío resultaba incómodo, el poder del lenguaje poético fue esta vez denuncia y lucha militante, pero también destello para demandar que un amor sin sangre no es solo posible, sino urgente y necesario. Entonando de manera conjunta público, poetas y cantantes ese himno de “Gracias a la vida, que me ha dado tanto”, la noche imaginó una sociedad futura sin esa violencia de género, sin una menos.
Antes de comenzar el recital el propio alcalde de Guadalajara, Alberto Rojo, y la concejala de Igualdad, Sara Simón, se acercaban a saludar a las poetas y artistas y recordaban que son muchas las mujeres asesinadas por el machismo, “y lo que tenemos que hacer, además de condenar estos asesinatos, es marcar a los hombres que ejercen esa violencia”, al tiempo que hacía un llamamiento a la sociedad de Guadalajara, para unir fuerzas contra la violencia machista.
Y tras los poemas, la plaza de Santo Domingo se llenó con otro modo de reivindicación, con las mujeres convocadas por la Plataforma Feminista de Guadalajara, en concentración silenciosa, como lo han venido haciendo con cada caso de asesinato machista. “Seguiremos luchando hasta que nos dejen de matar, porque si las mujeres nos movemos, cambiaremos el mundo, las que quedamos por las que faltan…”